miércoles, 2 de diciembre de 2009

la palma de cera

Las palmas de cera se cuentan entre las plantas más emblemáticas y con sobradas razones candidatas a símbolo patrio. De las 11 especies del género Ceroxylon que crecen en los Andes tropicales entre Venezuela y Bolivia, siete se encuentran en Colombia. La bien conocida Ceroxylon quindiuense y la olvidada de Cundinamarca Ceroxylon sasaimae son endémicas de nuestro país y no crecen silvestres en ningún otro lugar del mundo. Su nombre aduce a su primer uso: la cera raspada sirve para hacer velas, las cuales seguramente acompañaron la colonización de las montañas. La del Quindío es símbolo patrio, con las más altas y las que crecen a mayor altura en el plantea. Llamaron la atención de Humboldt y Bonpland en la cordillera Central. Antes de la colonización eran muy abundantes y parecieron inagotables. Hoy, en el ecosistema, a más de 50 metros por encima del bosque de nubes los racimos rojos atraen al Loro Orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) a punto de desaparecer. Palma de cera y Loro Orejiamarillo representan un par ecológico severamente amenazado.

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